Les musiques de Chagall – Naive

La música y el canto están presentes en toda la obra de Marc Chagall, y en este álbum doble Les musiques de Chagall, esta recopilada la música que acompaño al extraordinario artista en toda su vida, desde su niñez hasta sus últimos días en Paris.
La obra de Chagall nos regala imágenes de la semejanza significativa que existe entre los animales y los hombres, entre el orden de lo natural y de lo humano, todo en un mismo cielo. Con todo ello, Chagall construye una obra variada que suele relacionarse con la corriente surrealista, donde una parte importante la dedica a reflejar temas de origen bíblico, siempre desde su particular mundo, en el que la perspectiva suele desaparecer, subyugada por los efectos del color y por esas figuras que parecen salir directas desde un mundo de sueños y fantasías personales. Siempre en sus pinturas hay celebraciones con bailes, músicos tocando violines o acordeonistas en los tejados, en los horizontes de sus pinturas siempre la música esta ahí, se puede sentir y gozar.
Les musiques de Chagall, esta divido en dos discos, muy diferentes: el primero hace referencia a la música que escucho en su infancia, junto a sus padres, donde una serie de canciones tradicionales rusas y judías, quizás las que influenciaron en su pintura, que siempre estaban presentes en su obra; aquí todo el disco pasa desde la nostalgia a los climas más festivos y en la selección encontramos canciones Yiddish como Donna, donna, Az der rebe y temas de música Klezmer como Zilberne Khasene, Di mezinke oysgegebn. Composiones de Tchaikovski (1840-1893) o Dimitri Chostakovitch (1906-1975), hacen un deleite, y al escuchar estos temas les recomiendo no dejar de mirar algún libro con obras de Chagall mientras escuchan esta música, tendrán una experiencia de mucho enriquecimiento espiritual.
En La música de la inspiración, así se llama el disco 2, están las obras que acompañaron al artista ya en la etapa más importante de su trayectoria, acá hay obras de Bach (1685-1750), Ernest Bloch (1880- 1959), o Maurice Ravel, quienes siempre estaban de fondo en el atelier del artista en Paris, mientras pintaba quizás maravillas de la pintura como Champ de Mars o Le Cirque.
También están las versiones de Tachaikovsky, Piano Trio Op.50, para la cual Chagal pintó la escenografía para la presentación del Ballet Aleko bajo la coreografía de Leonid Massine en 1942, y también hay otras composiciones para las que hizo el mismo trabajo, como para Chloé en Paris en 1958 o La flauta mágica en Nueva York en 1965.