Monday, November 06, 2006

Ekova: un exótico cóctel de sonoridades en la aldea global



La música del mundo es cada vez más ancha, y gracias a eso se estrecha. Ideologías y controversias militares sucumben cuando el arte toma su verdadero lugar. Es así que no extraña que un grupo como Ekova esté formado por una estadounidense, un iraní y un argelino. Ellos se conocieron allá por 1994 en París y resolvieron unir sus conocimientos, sus ritmos ancestrales, sus tradiciones y originar una nueva música, fruto de la exploración conjunta.
Deidre Dubois es neoyorkina, aunque creció en California, uno de los centros multirraciales de los Estados Unidos. En aquel tiempo los blues de Joni Mitchell crecieron en su alma. Más tarde se mudó a Londres y allí la influenciaron la música de Dead Can Dance y los Cocteau Twins. Cuando llegó a París en 1991 conoció al percusionista iraní Arach Khalabtari y a Mehdi Hadad, un experto en todo tipo de instrumentos de cuerda que creció entre Burundi y la Kabilia Argelina.
En París comenzó todo. En 1994 conformaron Ekova, y fueron descubiertos por un dis-jockey que difundió el primer corte del disco que conocería la luz finalmente en 1998. Heaven´s Dust fue lanzado por Sony Classical, y el conocimiento que tuvieron otros artistas sobre la música y la sonorización de Ekova, hizo que se acercaran a ellos intérpretes de la categoría de Geoffrey Oryema, Idir, Toure Kunda y Arthur H., y también comenzaron una recorrida por diversos festivales europeos.
Ritmos beréberes, reminiscencias africanas con los tambores, sutiles aires orientales y el folk europeo tradicional, se suman a la voz de Deidre que, con la combinación entre el canto francés y las nuevas palabras que inventa el grupo y que mezcla en las canciones, dan un toque de extraordinaria belleza a sus interpretaciones.

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